Venus
Venus
2006
Reino Unido
Dirigida por Roger Michell
Con Peter O'Toole, Leslie Phillips, Jodie Whittaker, Vanessa Redgrave y otros
Venus tiene un gran valor por sobre muchos otros filmes: es una película que, sin conceder nada, narra lo que quiere narrar. A priori, espectadores embebidos en el narrar fácilmente digerible de Hollywood, se tiende a ubicarla en una línea argumental de las otras películas protagonizadas por ancianos: el desarrollo de una historia de un viejito piola; como si el personaje de Peter O'Toole fuese el primo actor del Clint Eastwood de Jinetes del espacio. Pero, para beneplácito y sorpresa del espectador, la esencia europea aparece y la película se corre de ese lugar y deja paso a una pincelada a la vez más fina (delicada) y más amplia. Incluso, la aparición de la jovencita hace que uno tienda a adivinar un rastro de la Lolita de Vladimir Nabovok. Y otra vez, rápida y sencillamente, se escabulle de la etiqueta: la jovencita no es ni hermosa, ni educada, ni una mujer brillante en potencia, ni una bomba sexual en proceso de maduración. Es una chica del montón con una misión preclara a la hora de elegir qué hacer: holgazanear frente a la televisión mientras masca chicle y espera que la sociedad le dé su oportunidad (se la ofrezca/la descubra), la que discursivamente el capitalismo tiene para cada quien. Así las cosas, uno se rinde a la evidencia y se deja llevar por una narración sólida, sin estridencias ni golpes bajos; efectiva y no efectista: el retrato de un hombre en los tramos finales de su vida. Si algo seduce a ese personaje, si aún a riesgo de perder las esperanzas con la jovencita, juega con fuego, miente, olvida, confunde, es porque Venus es un relato de la intimidad de un hombre, con lo acotado que puede parecer y lo complejo que en realidad es.
Es muy importante, en la lectura global, el papel que cada uno de los roles secundarios: son la escenografía y el mecanismo que la mueve; el ribete, el detalle que hace un relato sólido, creíble, admirable y adorable incluso en la decrepitud que por momentos evidencia, el deus ex machina. El cuadro de esta película imperdible se completa con las magníficas actuaciones de O'Toole, Leslie Phillips, Jodie Whittaker y la Redgrave; la muñeca sensible y transparente (en tanto lo que se ve es la cámara en favor de la narración) de Roger Michell; y la precisión narrativa del guión de Hanif Kureishi. Si fuera necesario resumirla en un concepto, probablemente ése sería representado por la palabra dignidad.