Tráiganme la cabeza de Alfredo García
Bring me the head of Alfredo Garcia
1974
E.E.U.U.
Dirigida por Sam Peckinpah
Con Warren Oates, Isela Vega, Robert Webber, Kris Kristofferson y otros.
La primera vez que leí sobre Sam Peckinpah fue en un parodia de la revista MAD. Allí hablaban de un supuesto film, ilustrado con un vaquero un tanto pobretón saltando por el aire, cosido a tiros. Hablaban de una gran cantidad de muertos. Hablaban de la sana costumbre de un cine que sorprende por su alto contenido erótico y por su violencia descarnada, por las muertes ampulosas y a raudales. Si bien Tráiganme la cabeza de Alfredo García no tiene una gran cantidad de muertes coreográficas no decepciona en lo más mínimo: Alfredo García es un hombre muerto cuya cabeza pide un potentado como precio por ser el responsable del embarazo de su hija. Es la suma de esa morbosa torsión narrativa de trocar muchos muertos por la incorrectísima profanación de la tumba de un hombre; con la mafia rural; con el pianista en bancarrota y borracho con su amante puta que va en busca de la salvación en un trozo de carne muerta, ajena y en descomposición; con un final que termina de abrochar la angustia y la pobreza con la muerte, lo que hace de esta película una de las más perfectas combinaciones de road movie con film noir; amalgamado con un erotismo duro y una estética de spaghetti western. Eso sin contar destrezas narrativas de una sutiliza que el más refinado paladar del séptimo arte, sin dudas, envidiaría.