tag:blogger.com,1999:blog-20650197751750761272024-03-05T22:53:59.000-08:00películas<big>
"En la ficción, es el director el que debe crear la vida"
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<strong>Alfred Hitchcock</strong>J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comBlogger22125tag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-66551888196289810292008-11-03T17:01:00.000-08:002008-11-03T17:58:47.768-08:00Gracias por fumar<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrlczDN2tI51aYEGeZq344fijwOsWMSwXwe2PCIRdFcuWBQNcUMP1sjG7j-vkG_J5LNtk6mNuA3VYsai3yDX7nCusC0wCXk-JRHp0N-vpNeut-rhHlJVOz0VRA70DJE9qrZ1ipyFUBNpQ/s1600-h/GraciasPorFumar.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5264605906232272066" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 140px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrlczDN2tI51aYEGeZq344fijwOsWMSwXwe2PCIRdFcuWBQNcUMP1sjG7j-vkG_J5LNtk6mNuA3VYsai3yDX7nCusC0wCXk-JRHp0N-vpNeut-rhHlJVOz0VRA70DJE9qrZ1ipyFUBNpQ/s200/GraciasPorFumar.jpg" border="0" /></a>Thank you for smoking<br />2006<br />EE.UU.<br />Dirigida por Jason Reitman<br />Con Aaron Eckhart, Maria Bello, Cameron Bright, Rob Lowe, William H. Macy, Robert Duvall y otros<br /><br /><br />Jason Reitman retrata la vida de Nick Naylor, un personaje por fuera de cualquier tipo de corrección política. No porque sea un revolucionario ni porque jaquee el <em>status quo</em> sino porque le pone el cuerpo a una causa que es un cachetazo al bienpensar, a la sanidad como santidad y a la moral del bienestar capitalista: es el portavoz y defensor de la asociación que nuclea a las compañías tabacaleras, el responsable de presentar el cigarrillo no como un mal menor sino, lisa y llanamente, como algo saludable para el cuerpo del compulsivo consumidor. No hay excusas <em>en</em> ni <em>para</em> Nick Naylor, quien a fuerza de una sonrisa amplia y un manejo discursivo que roza con lo fabuloso, defiende lo indefendible. Y esa falta de exucusas, ese saberse necesario en uno de los pilares del consumo capitalista es el más efectivo acierto de Reitman y la piedra basal de una película ácida, irónica, cuestionadora, inteligente.<br /><br />La película arranca con títulos sobre marquillas de cigarrillos y da un primer cachetazo de ironía y humor negro al enfrentar, en un <em>talk show</em>, al sagaz cabildero Naylor con mujeres de diversas asociaciones contra el tabaco, el asesor de un senador prominente (y trepador que usa el engaño político y las jugadas sucias como si fuera de estas pampas...) y, colmo de los colmos, un jovencito de 15 años enfermo de cáncer y pelado por el tratamiento con quimioterapia. El mismo público aplaude a rabiar a damnificados y detractores del tabaco es el que abuchea y escupe al representante de las tabacaleras y, más adelante, aceptará a punto de conmoverse el gesto del holding de tabacaleras de ceder una pequeña fortuna para alentar a otros jóvenes como él a conocer los efectos de fumar; un público confundido y grogui por la andanada de argumentos en la superficie lógica del bien y el mal que el Sr. Naylor da vuelta como un guante, coronado por la afinidad del joven canceroso con el representante de quienes "lo enfermaron". En esa breve escena inicial está el mapa de ruta de lo que se verá; sostenido por una narración sólida y un par de vueltas de tuerca que saltan lo previsible y con una dirección que se la juega no entregrando a su personaje principal al sueño americano. Para profundizar ese discurso, hace uso de la relación de Naylor con su hijo, a quien le enseña los detalles de su quehacer sin entrar en devaneos éticos y morales ("Todos tenemos un talento y el mío es hablar"); de una inescrupulosa reportera, a quien la débil carne de Naylor le ofrece secretos imposibles de develar y que le retornan como noticia de tapa de uno de los diarios más influyentes; de las cenas con la representante de las empresas productoras de bebidas alcohólicas y el de los fabricantes de armas con quienes tienen dsiputas de poder medidas en cantidades de muertos; del éxito -tal cual lo entiende la actualidad occidental- puesto en aquellos que negocian con las vidas ajenas como otrora los traficantes de esclavos.<br /><br />Sostenida por un guión conciso y contundente que afirma su apuesta hasta las últimas consecuencias, con sorpresas y humor corrosivo; subrayado con muy buenas actuaciones de un elenco que funciona como piezas de relojería; y con la firme muñeca de Reitman detrás de la cámara, <strong>Gracias por fumar</strong> se convierte en una de las mejores comedias de los últimos años. Y no sólo eso, en una gran <em>commedia </em>también.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-12078603224954073382008-07-15T07:59:00.001-07:002008-07-30T10:43:12.272-07:00Cuando vuelve el amor<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ywshIRj-3yq3t7jKYM5gYgsQiEOkfio3yFKjrbOUDhjZbOg0jK3FQXQ7ircWTkR4YFVFxD5zHsJTM0xdfRoEhCG3jgFs3MHKfQUYTmMcRSLv5WQwDHdna4YG_5b-NdCPFV2drh7dAQc/s1600-h/Shes_so_lovely.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5223935468262428802" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_ywshIRj-3yq3t7jKYM5gYgsQiEOkfio3yFKjrbOUDhjZbOg0jK3FQXQ7ircWTkR4YFVFxD5zHsJTM0xdfRoEhCG3jgFs3MHKfQUYTmMcRSLv5WQwDHdna4YG_5b-NdCPFV2drh7dAQc/s200/Shes_so_lovely.jpg" border="0" /></a> She's so lovely<br />1997<br />EE. UU.<br />Dirigida por Nick Casavettes<br />Con Sean Penn, Robin Wright Penn, John Travolta, Gena Rowlands y otros.<br /><br /><br />En <strong>Cuando vuelve el amor</strong>, Nick Casavettes se quita de encima el peso que puede suponer ser hijo del difunto actor y director de culto John Casavettes y la actriz Gena Rowlands. Para ello da una vuelta de tuerca sobre su propia historia y más allá de lo narrado en el film: si en su debut como director tuvo a su madre como protagonista, en esta ocasión realizó el guión escrito por su progenitor, proyecto de filmación cuya temprana muerte truncó en 1980. Y se sirvió del protagonista elegido más de 15 años antes por su padre para profundizar la apuesta: Sean Penn, quien junto a su mujer Robin Wright Penn y a su amigo John Travolta, actuaron, sostuvieron, apoyaron y produjeron esta película.<br /><strong>Cuando vuelve el amor</strong> esté dividida en tres partes, una primera en la que se nos muestra la vida de Maureen y Eddie en medio de abusos, excesos y violencia que desembocan en la internación en un psiquiátrico del personaje a cargo de Sean Penn. Una segunda parte, en la que se nos presente a Maureen lejos de esa vida, en una acomodada familia tipo junto al exitoso Joey (interpretado por Travolta). Y en la tercera, que amalgama a las anteriores y que expone, con gran tensión dramática, la reaparición de Eddie y sus consecuencias en Marueen quien se encuientra en la encrucijada de decidir (no por imposición sino por puro deseo) entre esos dos hombres a quien ha dado su amor. Si a esto se le suma que el guión es, en definitiva, un otro modo de happy end, con <strong>Cuando vuelve el amor</strong> Nick Casavettes, logra sus dos objetivos: desprenderse de peso mítico y armar una narración en la que su lengua cinematográfica se presenta como propia.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-3044398539795797932008-05-06T08:47:00.001-07:002008-05-21T10:19:00.279-07:00Into the Wild<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Vv-MS0a85ICwaI94DwtP9abz1pkFGXC0LS0jXtfzzlllIErLoRORXF3GakNj3bqweZKVFjkZg54qCLn2iIPAckqcAAEVL17gLCgJ10ZZa7nCXYj8wSV7NeaI7z5GkjcB-ugTqnsDVdM/s1600-h/Into-the-wild.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5202881256479148642" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5Vv-MS0a85ICwaI94DwtP9abz1pkFGXC0LS0jXtfzzlllIErLoRORXF3GakNj3bqweZKVFjkZg54qCLn2iIPAckqcAAEVL17gLCgJ10ZZa7nCXYj8wSV7NeaI7z5GkjcB-ugTqnsDVdM/s200/Into-the-wild.jpg" border="0" /></a>USA - 2007<br />Dirigida por Sean Penn<br />Con Emile Hirsch, William Hurt, Catherine Keener, Hal Holbrook y otros<br /><br /><br />En su cuarto largometraje, Sean Penn logra dos cosas que están por sobre los adjetivos que se le puedan colocar a la película: cuenta una historia y, para el espectador, es difícil permanecer al margen de los efectos del relato. Y es así porque hay un más allá de los aciertos y desaciertos del director, de los momentos de potente tensión dramática y de los baches narrativos que provocan aburrimiento.<br /><br />Basada en la vida de Christopher McCandless, <strong>Into the Wild</strong>, tiene el ingrediente extra de estar basada en el best seller homónimo de Jon Krakauer que no hace sino reconstruir a modo de <em>non fiction</em> la travesía y muerte de un joven proveniente de una familia acomodada (digamos que resume el "<em>nada le falta</em>") que abandona sus posesiones, sus afectos, su mundo inserto en una sociedad construida sobre la plusvalía, con la ilusión de ser libre, de volver a la naturaleza. El mayor acierto de la película está en algunos momentos y trazos en los que resulta conmovedora pero, para acceder a ellos, hay que atravesar por otros en los que ni los imponentes paisajes desolados de Alaska, ni las sólidas actuaciones, ni la cuidada fotografía, ni la ajustada y <em>per se</em> muy buena música a cargo de Eddie Vedder pueden paliar. Es, en esas mismas deficiencias, donde la película se alinea con lo que narra, con las vicisitudes de un viaje de las características del que emprendió McCandless que no son, por cierto, divertidas.<br /><br />Hay detalles en la trama en los que se abren algunas dudas que deben ser despejadas por cada uno de los espectadores y a partir de su propio modo de ver la vida: la autenticidad del emprendimiento, más allá de las fantasías de abandono de La Civilización que son habituales en nuestra cultura; si McCandless muere de inanición por llevar al extremo las consecuencias de su viaje hacia el corazón de Lo Salvaje o si el momento en que sus fuerzas flaquean lo asaltan casi por sorpresa cuando no puede atravesar el río, es decir, en un punto donde la naturaleza le marca el límite de sus propias posibilidades de supervivencia.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-40487996776310697652008-04-25T06:46:00.000-07:002009-02-12T18:47:53.457-08:00Sin lugar para los débiles<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvzn-Uv5SoAA-3ZjUkP2AizntSSnFiWmZLmFygOGSI6f-HT9uHBs-MfeG9X5inY6rFRNyDZ16Du8-NeM1A5q7S-9wlsN0I7NUH0A1lO93aRWKdcLD1vIcZX-Psw3xUJJ0_HJCsjppcfx4/s1600-h/sin+lugar+para+los+debiles.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5202883481272207986" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvzn-Uv5SoAA-3ZjUkP2AizntSSnFiWmZLmFygOGSI6f-HT9uHBs-MfeG9X5inY6rFRNyDZ16Du8-NeM1A5q7S-9wlsN0I7NUH0A1lO93aRWKdcLD1vIcZX-Psw3xUJJ0_HJCsjppcfx4/s200/sin+lugar+para+los+debiles.jpg" border="0" /></a>USA - 2007<br />Dirigida por Joel Coen y Ethan Coen<br />Con Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Woody Harrelson, Josh Brolin, Kelly Macdonald y otros<br /><br /><br />Esta quizás no sea la mejor (por adjetivarla de un modo universal) película de los hermanos Coen. Sin embargo, en su planteo estético está muy embebida de lo que el dúo de hermanos ha brindado desde <strong>Simplemente sangre </strong>a la fecha. El tono narrativo parece trazar una continuidad con títulos como <strong>Fargo</strong> (y sus suelos y cielos blancos, otra forma de desierto) y <strong>El hombre que nunca estuvo </strong>(y sus silencios en el cuerpo del protagonista, otra desoladora aridez). Con una respiración larga, con un ritmo en sincro con el paisaje, van tejiendo la historia en la que confluyen la ambición, el valor del dinero, la ilegalidad, el tráfico de todo tipo de violencia. Una muestra que resume el espíritu de los Coen es la escena en la que el personaje que interpreta Javier Bardem está en un paraje en medio de la nada, haciendole elegir al dueño de un drugstore, entre la cara y la cruz de una "moneda de la suerte", su futuro: acertar es vivir, errar es morir. Y la tensión dramática, una vez más, está en lo que no se dice con palabras, en los silencios tensos como alambres de acero. Uno, el dueño del local, que sabe que algo está mal, que teme sin atreverse a mencionar el miedo, entregándose en silencio al poder de un forastero que es capaz de liquidarlo sin motivo. El otro, el dueño de la vida del dueño del local, decidido a ponerle un golpe de aire comprimido en la cabeza; un hueco mortal, un vacío físico, en la carne, que invoca al mayor de los vacíos, a la mismísima muerte. Y, en cine, lo que se cuenta sin palabras es lo que constituye su lenguaje primario, su tradición fundante. Su lenguaje es sin palabras. Y, más allá de lo que sea que provoque, en Sin lugar para los débiles se ve la huella de ese lenguaje.<br /><br /><br /><span style="font-size:85%;">PD 1: El trabajo de Javier Bardem no sorprende ya que ha demostrado -y con creces- que es un gran actor. Con o sin Oscar (r).<br />PD 2: No es lo mismo un país sin lugar para los débiles que un país que no es para hombres viejos.</span>J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-81782956973238520642008-03-24T09:47:00.000-07:002008-03-24T17:16:36.198-07:00La joven vida de Juno<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjUJ7sds2Fhj-TUHl3XJrLyOeRD1T131c6PBwGO00qWx9-R0sHFYdgCugXt_ryg3KfxFg3iONrCPG757pLe9-GSCvzDncq3rjkNwpFui5EU_dEXDCHSlBr_V6QZtNXS9Dlja9n3WiD3oU/s1600-h/juno.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5181351661251114114" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjUJ7sds2Fhj-TUHl3XJrLyOeRD1T131c6PBwGO00qWx9-R0sHFYdgCugXt_ryg3KfxFg3iONrCPG757pLe9-GSCvzDncq3rjkNwpFui5EU_dEXDCHSlBr_V6QZtNXS9Dlja9n3WiD3oU/s200/juno.jpg" border="0" /></a>Juno<br />EE.UU. - 2007<br />Dirigida por Jason Reitman<br />Con Ellen Page, Michael Cera, Jennifer Garner, Jason Bateman y otros.<br /><br /><br /><strong>La joven vida de Juno</strong> es una comedia delicada, concisa y sin concesiones. Jason Reitman se sirve de una adolescente embarazada para plantear un camino alternativo al aborto, que constituya una opción para esta jovencita que no quiere -ni puede- criar al bebé que lleva en su vientre. Con una dirección en la que se reconoce algo de la genética cinematográfica de lo mejor de su padre Iván, Jason Reitman pone en escena un problema cotidiano y lo trata dentro de unos parámetros que, de tan sencillos y bien ubicados, sorprenderán a quien espere algo del orden de lo típicamente esperable en un guión que se construye en a base torsiones. Por ejemplo:<br /><br />1. rompe los supuestos del arrepentimiento esperable de una decisión tan radical como la de ceder a un hijo; <br />2. sostiene el no querer saber nada de ese bebé, ni de cómo crece, al extremo de ni siquiera querer verlo sin que ello implique un dolor para rasgarse las vestiduras sino un dolor tan íntimo como silencioso;<br />3. demuele la esperanza de que una pareja de adolescentes se convierta en el núcleo de una familia feliz; <br />4. vira a los personajes padre y madrastra de Juno haciéndolos aliviantes para la jovencita protagonista y permitiéndoles -como personajes- apoyar y acompañar en lugar de censurar y obligar; y<br />5. doblega lo esperable cuando el matrimonio que adoptará al pequeño entra en una crisis matrimonial.<br /><br />Estos son algunas muestras de lo que Jason Reitman hace con lo que el espectador, entrenado en los finales industriales de Hollywood y con el paladar acostumbrado a ellos, esperará de una película cuya línea argumental es la de la vida de una adolescente embarazada. Y se encarga de dejar pistas falsas, señuelos y engaños que voltea, uno a uno, como las latas de un puesto de kermesse.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-61568244688227723402008-03-18T09:36:00.000-07:002008-03-18T11:03:20.927-07:00Calle 54<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLf0XxRNM_4iuXrLafJTMC3rbGAAyTc_-2dxIQzpdfzpM0t8TRLxrLIM-Lme1IkieS13HBXPUmS8pie3Ym0WzU0EUlMHJ7SsQQ0LWdekOHV-FivYfpTlWtg4HVR02xzeJr3q99RHRNyNo/s1600-h/Calle54.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5179135209952274386" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLf0XxRNM_4iuXrLafJTMC3rbGAAyTc_-2dxIQzpdfzpM0t8TRLxrLIM-Lme1IkieS13HBXPUmS8pie3Ym0WzU0EUlMHJ7SsQQ0LWdekOHV-FivYfpTlWtg4HVR02xzeJr3q99RHRNyNo/s200/Calle54.jpg" border="0" /></a>EE.UU. - 2000<br />Dirigida por Fernando Trueba<br />Con Bebo y Chucho Valdés, Eliane Elías, Jerry González, Gato Barbieri, Paquito D'Rivera, Michel Camilo y otros<br /><br /><br />Es dificil no referir a las propias palabras del director de la película cuando la ha definido de un modo tan categórico como preciso: <strong>Calle 54</strong> es una película sobre la música. Y agrego: desde la música, en la música. Filmada en los Sony Music Studios de Nueva York, sitos en la calle 54 a la que refiere el nombre de la película, Trueba dispone de la cámara para retratar de un modo innovador la ejecución musical en fílmico. No interfiere en el lenguaje musical, no lo acompaña: es la imagen de la música. Tumbadoras vistas desde el cielo, teclas de piano y dedos que percuten sobre ellos, brillos de instrumentos de vientos, flares de luces, gestos, caras, sudores, todo parece entrar en danza con lo que Trueba se propuso como finalidad: devolverle al <em>latin jazz</em> (tal la etiqueta que envuelve a los músicos participantes y su elección estética) algo de lo que el <em>latin jazz</em> le dio a su vida. No caprichosamente abre el film la música trepidante, el ejército de sonidos de Paquito D'Rivera: fue por un disco suyo, <strong>Paquito D’Rivera</strong> Blowin', que el director español tomó contacto con esta parcela del jazz, con esta inyección de ritmos y lenguaje musical latino a uno de los más refinados y sólidos géneros musicales contemporáneos que, a fuerza de propios méritos, ya se ha erigido como música clásica.<br /><br />Por fuera de las controversias y disputas con <strong>Buena Vista Social Club</strong>, la película de Wim Wnders y Ry Cooder, contemporánea a la de Trueba; más allá del marco acotado de un género musical; por sobre la elección (siempre reduccionista) del director en base a su propio gusto musical, a sus favoritos dentro del latin jazz, <strong>Calle 54</strong> es una película con todas las de la ley, con un ajustado timming y que provoca unas extrañas ganas de aplaudir en cada nota en la que concluye cada uno de los temas que la componen como si uno hubiera estado ahí, en los mismísimos estudios, a solas con esos monstruos que, más que provocar susto, provocan una admiración y una afinidad como pocas veces sucede en la vida.<br /><br />Bonus tracks:<br /><br /><embed src="http://media.imeem.com/m/Vx2rvMEGP3/aus=" width="300" height="110" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent"></embed><br /><br /><br /><embed src="http://media.imeem.com/m/Lxurw271XN/aus=" width="300" height="110" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent"></embed>J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-6895679921033378572008-01-25T07:07:00.003-08:002008-02-08T10:59:55.888-08:00Vitus<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL-7rWhq2gxVGkh7QnQKhSc8NHNsFrdeIpqbIqRyzatqxD5qDC-ElGPEiMbe8nIZZx4blO5ytOehb8m8ieQN2m_69YsSZbogMKfvA_HpWcelOgxKfTuRTTFLIdCF-womsHFbnFuToFsZM/s1600-h/Vitus.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5164674959529604834" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL-7rWhq2gxVGkh7QnQKhSc8NHNsFrdeIpqbIqRyzatqxD5qDC-ElGPEiMbe8nIZZx4blO5ytOehb8m8ieQN2m_69YsSZbogMKfvA_HpWcelOgxKfTuRTTFLIdCF-womsHFbnFuToFsZM/s200/Vitus.jpg" border="0" /></a> Vitus<br />Suiza - 2006<br />Dirigida por Fredi Murer<br />Con Fabrizio Borsani, Teo Gheorghiu, Julika Jenkins, Urs Jucker, Bruno Ganz y otros<br /><br /><br /><strong>Vitus </strong>se inscribe en la línea de películas llamadas "pequeñas" porque conmueven al espectador con una apuesta sencilla en apariencia: un sólido guión más complejo de lo que aparenta ser y unas actuaciones que están en función de la narración, sin ningún tipo de excesos; ajustadas y precisas. En este caso, Fredi Murer pone en escena una película que en la superficie expone la vida de un niño prodigio que da sobradas muestras de poder realizar cualquier tipo de proeza intelectual, de no tener más que resolver desafíos y sorprender a todo aquel que se cruza con su conocimiento. Sin embargo, y aquí radica la mayor riqueza de la película, Murer no se queda allí y va a por más: teje una trama profunda de ambiciones e intereses ajenos al talentoso prodigio, comenzando por los padres del niño. Como un cristal facetado, la relación de Vitus con el abuelo, el fabuloso Bruno Ganz; sus afinidades y reticencias con eventuales maestros; el supuesto bien que sus otros le ofrecen al proyectar un futuro ambicioso; las ansiedades puestas sobre el cuerpo de ese pequeño hacen que, agotado de tanta cosa extra, fantasee con algo del orden de la normalidad. La película retoma estructuralmente (adrede o no) un clásico relato infantil: <em>Pinocchio</em>. Si la creación de Gepeto es un muñeco de madera que habla, piensa y siente como un niño y aspira a la "normalidad" de la carne, Vitus es otro modo de metaforizar sobre el peso de la diferencia, de ser único, del prodigio, del deseo del sujeto contrapuesto al bienestar que los demás planean por él. A diferencia de <em>Pinocchio</em>, donde hay una intervención tan o más extraordinaria puesta en el cuerpo de un hada, Vitus comprende que el único modo de salirse de ese lugar asfixiante de Lo Extraordinario es dejar caer lo que, por otra parte, tantas satisfacciones le da: la música. Y emprende el camino en solitario, en silencio, a pesar de sus padres y la insistencia en la recuperación del genio. Genio que le permite al niño engañar a los demás, hacerles creer que lo esencial se ha perdido como por arte de magia. <strong>Vitus</strong> es una conmovedora parábola, una fábula moderna. Y más compleja que las clásicas, porque no median animales, sólo seres humanos con sus riquezas y miserias, con un resultado tan conmovedor como agradable.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-66061219912555158962008-01-14T19:54:00.000-08:002008-01-16T18:16:45.192-08:00Ratatouille<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAvDSs5nZ1fgPxkcSIWW_W52ckXd2aSd9h97i_2vqYA8n_H1Ch-RxflOH92kPVKyKfaPM59atyhcYHUHFBfdeHamFckkmqkjq_Tv3ENItNklO0X_v8USQj4ZRYnyaZ1W9ZXdtxkZSXAEM/s1600-h/ratatouille.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5155548187742008626" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAvDSs5nZ1fgPxkcSIWW_W52ckXd2aSd9h97i_2vqYA8n_H1Ch-RxflOH92kPVKyKfaPM59atyhcYHUHFBfdeHamFckkmqkjq_Tv3ENItNklO0X_v8USQj4ZRYnyaZ1W9ZXdtxkZSXAEM/s200/ratatouille.bmp" border="0" /></a>Ratatouille<br />Estados Unidos - 2007<br />Dirigida por Brad Bird<br />Voces de Patton Oswalt, Ian Holm, Lou Romano, Brian Dennehy, Peter O'Toole y otros.<br /><br /><br />No la tenía fácil la rata Remy: <strong>Ratatouille</strong> era, ni más ni menos, que la película de la Disney que iba a buscar posicionar a semejante bicho en lo más alto de los charts de la simpatía y la devoción cinematográfica, cosa con la que la misma película se permite bromear cuando su peludo protagonista reflexiona, junto a uno de sus congéneres, acerca del asco que le producen a los humanos. Pero no era ése el único estigma: Remy es el primer roedor que le disputa la fama al ícono de la famosa productora fundada por el criogenizado Walt, el <em>...<span style="font-size:85%;">completar con lo que desee</span>... </em>Mickey Mouse; el dibujo animado más famoso de la productora, que nunca tuvo un protagónico en un largometraje destinado a las salas de cine -aunque sí especiales televisivos- fuera de sus apariciones en <strong>Fantasía</strong> y <strong>Fantasía/2000</strong>, donde fue más invitado de lujo que otra cosa. Y otro, más laxo: tenía que revertir el cuasi-fracaso (en cuanto a permanencia en el recuerdo colectivo de los espectadores, sobre todo los más pequeños) de <strong>Stuart Little</strong>, el último ratón activo en las pantallas cinematográficas. Y otro, más rebuscado pero no por eso menos válido: enfrentarse con el recuerdo, en los adultos, de <strong>Ben, la rata asesina</strong>, la más destacada presencia roedora del séptimo arte... hasta esta película. Porque Remy no sólo sale airoso de todos los desafíos extra-fílmicos sino que genera tan afinidad en los espectadores que es un personaje candidato a quedar en el recuerdo del público por mucho tiempo. Y por si eso fuera poco, cinematográficamente hablando, está soberanemente bien filmada. Y tiene un guión tan clásico como preciso y efectivo, tan novedoso en su propio lugar común. Y uno ve una película "de verdad" y no "una más de dibujitos". No es aventurado apostar a que si no el más alto, <strong>Ratatouille</strong> será al menos uno de los puntos cumbre de la alianza Disney-Pixar, homologables a <strong>La bella y la bestia</strong> ó <strong>El Rey León</strong>, para la primera; y a la saga <strong>Toy</strong> <strong>Story</strong> del estudio que cambió el modo de filmar películas de animación. Y me detengo un instante en esto último: Pixar incursionó en otro modo de hacer cine de animación para niños, más allá de/amparado en la novedad de la técnica y la renovación de la imagen clásica de la animación en cine: incluyó a los adultos con giros del guión, chistes solapados, sobreentendidos y otros artilugios que hicieron que los padres disfruten de la película y no sólo del hecho de llevar a sus hijos al cine. Esa innovación, más una evidente inyección de muchos millones, hicieron que le doblara la muñeca al impero Disney, amo y señor de las salas de cine, incluyendo la propia, en las vacaciones de invierno de mi generación y de algunas tantas otras más.<br /><br />Hay una escena que resume lo mejor de la película: aquella de la persecución por la ribera parisina en la que Skinner, el chef a punto de heredar el restaurante Gusteau, trata de dar con Remy. Nuestro roedor héroe escapa con la carta en la que la madre de Linguini (el lavaplatos-marioneta de la gastronómica rata) confiesa que el padre de ese flacucho con poco futuro es el propio Auguste Gusteau, que en paz descanse. Tiene un vértigo que remite a esa otra maravillosa escena de persecución que William Friedkin plasmó en <strong>Contacto en Francia</strong>. Esa reminiscencia y que el final de la escena sea la cara de Skinner a medias tapada por el agua del Sena <em>alla Robert-de-Niro-en-<strong>Cabo</strong>-<strong>de</strong>-<strong>miedo</strong></em>, no es más que la señal, el guiño que permite tomarse la licencia de afirmar que <strong>Ratatouille </strong>es una perla más del -no tan largo- collar de joyas del cine.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-49495507733658092007-11-27T09:20:00.000-08:002007-11-27T19:23:35.158-08:00La vida secreta de Lili Marleen<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB7UHy7UQyvqMnXzTnmCaONrexKVtYqhASxjMJ67yymy1rYk2LMENMICFd36zpkXoqZ9mkZjw9Dg7zJqRI4BIkVZl4nd901rTAH3gxS3tzfF5afaBB72er4RY4oFfCHmHnJ5AAaB_ps-c/s1600-h/lili+marlene+2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5137572582105937202" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB7UHy7UQyvqMnXzTnmCaONrexKVtYqhASxjMJ67yymy1rYk2LMENMICFd36zpkXoqZ9mkZjw9Dg7zJqRI4BIkVZl4nd901rTAH3gxS3tzfF5afaBB72er4RY4oFfCHmHnJ5AAaB_ps-c/s200/lili+marlene+2.jpg" border="0" /></a>Lili Marleen<br />Alemania - 1980<br />Dirigida por Rainer Werner Fassbinder<br />Con Hanna Schygulla, Giancarlo Giannini, Mel Ferrer, Karl Heinz von Hassel, Erik Schumann, Hark Bohm, Rainer Werner Fassbinder y otros.<br /><br /><br />Las casualidades no existen. Dos canales de cable contiguos dieron sendas películas con el nazismo como eje temático: <strong>La cruz de hierro, </strong>de Sam Peckinpah -con sus coreográficas, deslumbrantes y estéticas masacres en cámara lenta que tanto le dieran al cine de John Woo, por ejemplo- y <strong>La vida secreta de Lili Marleen</strong>, de Fassbinder. Durante los primeros minutos dudé entre la presentación de una cantante mediocre en la alemania hitleriana de pre-guerra del cineasta alemán y el encadenado de furiosas imágenes documentales mixturadas con escenas de ficción que terminan en banderas coloreadas y un herido que es sacado a la rastra de una trinchera, producto de la muñeca del norteamericano. Como es evidente, terminé inclinándome por la primera.<br /><br />No recuerdo haber visto antes a Fassbinder, pero siempre tuve el prejuicio, amparado por el apoyo de quienes que afirman haber visto <strong>Querelle</strong> como mínimo, de que se trataba de un autor dificil, oscuro, denso y febril como lo demuestran unos 40 largometrajes en 15 años de producción. Y fue gracias a ese prejuicio que <strong>La vida secreta de Lili Marleen</strong> me sorprendió. Fassbinder ha sido muy criticado por esta película. Trabajó con guionistas de una clara afiliación nazi, filmó la película alemana más cara de la historia hasta ese momento, hizo un show de cabaret que extendió por casi dos horas, afirmó con una escena (aquella en la que se tortura a Robert Mendelssohn, el pianista judío que interpreta Giannini, con el loop de un fragmento de la canción de su amada imposible, aria y protegida de III Reich) sus dichos sobre la música y la manipulación de las masas, filmó unas escenas de guerra impecables, montó una película de un ritmo intenso, con alma de culebrón y melodrama. Puso en escena una producción que bien podría haber sido un clásico hollywoodense de 3o años antes de su exposición. Mostró los entuertos del mecanismo de poder nazi, lo imprevisible -a medida que avanzaba la guerra y su final de derrota para los alemanes- y lo cruento que podía ser, lo kistch y lo desopilante, aún en medio de una de las máquinarias políticas de matar más implacables de la historia.<br /><br />Lili Marleen es el personaje de una canción interpretada por una cantante desconocida a quien el mismo público -con base en los soldados del ejército cuyas batallas tenían una tregua de 3 minutos para escucharla por la radio- la bautiza con el nombre del personaje femenino que se despide de su novio soldado en la puerta deun cuartel. Como el monstruo que le roba a Frankenstein su apellido, la cantante se apodera de lo que por derecho propio le corresponde: Lili Marleen no hubiera sido nadie sin la voz de Willie ni el piano de Taschner. Y como buen monstruo, algo opera desfasado: ella es la única que tiene en claro que sólo interpreta una canción que adoran millones de radioescuchas. Si en nazismo es puramente circunstancial para ella, si su apogeo artístico es bajo el régimen que exterminó a quienes pertenecían a la misma colectividad que su amado Robert, si su contacto con las altas esferas de los genocidas no hace mella en su modo de ser, es porque Lili Marleen es el prototipo de la ceguera de quien no quiere ver. ¿Que suena a historia incómoda y conocida para los argentinos? Sí, y es en ese preciso resquicio de la incomodidad en el que el film de Fassbinder se funda y se erige como una película que atrapa, cuestiona, disfraza, mezcla y da de nuevo.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-71121424273451061862007-10-01T20:12:00.000-07:002007-10-01T20:44:37.863-07:00(Cuando ruge la) Marabunta<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXy5ogx-Q6aQljy_Iv7IJLtD2x0NOZwV4ldBf_3Ha8cRz0iNwZ_9xsIcVYZwkswSrkm1PlEWs8AiH3DR79WZ0wiqNIV6_j8Ih6RsnJ2gYtjE91ZXE9jpIYNGi_c9ABqR8Dc4WI9mx7U9I/s1600-h/marabunta.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5116572538010822754" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXy5ogx-Q6aQljy_Iv7IJLtD2x0NOZwV4ldBf_3Ha8cRz0iNwZ_9xsIcVYZwkswSrkm1PlEWs8AiH3DR79WZ0wiqNIV6_j8Ih6RsnJ2gYtjE91ZXE9jpIYNGi_c9ABqR8Dc4WI9mx7U9I/s200/marabunta.jpg" border="0" /></a> The naked jungle<br />1954<br />EE.UU.<br />Dirigida por Byron Haskin<br />Con Charlton Heston, Eleanor Parker, Abraham Sofaer, William Conrad y otros.<br /><br /><br />En mis años de infancia, esta película me resultaba particularmente perturbadora. La sola idea de miles de millones de hormigas asesinas destrozando toda forma de vida, me quitaba el sueño. Sin emabrgo, contrario a esquivarla, era una de mis favoritas y celebraba su repetición. Probablemente, la amenaza de que las hormigas me picarían las manos si las tenía llenas de dulce influyó en dejar en mi memoria la visión de los miles de millones de insectos himenópteros arrasando la selva. Imparables, yendo a por más destrucción y, a su paso, la plantación de cacao de Charlton Heston. Y ahí se desarrollaba otra historia. Tan voraz, tan arrolladora como la mismísima marabunta. ¿Por qué una mujer tan hermosa y fina como Eleanor Parker accedió a viajar a una intratable selva sudamericana para casarse con un hombre al que nunca había visto? Esta es la pregunta del hosco y rudo Heston. <strong>(Cuando ruge la) Marabunta</strong> alude al rumor, a lo que anticipa la destrucción (y los paréntesis a que siempre la recordé por la última palabra del título). ¿Qué choque sería el más estrepitoso? ¿El de Parker con Heston? ¿El de Heston con la marabunta? ¿Cuál fuego sería más intenso? La pasión, irracional como miles de millones de hormigas que devastan sin más. Es. No hay preguntas al respecto: las hormigas o el resto del mundo; el encuentro de Heston con Parker o el resto del mundo. Y es en una palabra donde ambas disyuntivas se resuelven: aventura.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-9459401073847624612007-09-27T09:25:00.000-07:002008-04-07T07:40:27.432-07:00El último rey de Escocia<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlQQMc6iRUGynpSoBOKChVUOkLu03edrTBsH9t9w26Qp32jJVwp4YwigwsFuDUNOWFjHi94wKRzZU03nQSM4uihfjTsLh9iO3Rv4ut9acEhhUVZyQIt8Y4On9R5PeXCWezGNCb4H67xDw/s1600-h/ultimo_rey_de_escocia.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5114921474236501442" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlQQMc6iRUGynpSoBOKChVUOkLu03edrTBsH9t9w26Qp32jJVwp4YwigwsFuDUNOWFjHi94wKRzZU03nQSM4uihfjTsLh9iO3Rv4ut9acEhhUVZyQIt8Y4On9R5PeXCWezGNCb4H67xDw/s200/ultimo_rey_de_escocia.jpg" border="0" /></a>The Last King of Scotland<br />2006<br />Reino Unido<br />Dirigida por Kevin Mcdonald<br />Con Forest Whitaker, James McAvoy, Kerry Washington, Gillian Anderson y otros.<br /><br /><br />Si algo totalmente ajeno a mí, durante mi temprana adolescencia, metía miedo en la sangre era saber que en el mundo vivía Idi Amin Dada. Forest Withaker es el inmenso actor -en el más amplio sentido del término- que se carga sobre la espalda la responsabilidad de encarnar, sin excesos ni <em>macchieta,</em> al responsable del exterminio de 300.000 ugandeses entre otras tantas cosas. <strong>El último rey de Escocia </strong>es la narración del comienzo de la acumulación de poder en manos de Idi Amin vista desde los ojos extranjeros y británicos del Dr. Garrigan quien, gracias a un cruce casual con el presidente africano en una muy tensa situación, se convierte en su médico personal y principal consejero y confesor. La película describe un trayecto en el tiempo en la cual la crueldad y la paranoia; la reflexión y el cariño; el exterminio y la propaganda se desarrollan en un espiral incesante. Más metafóricamente, el médico británico representa a Inglaterra, cuyo estado apoyó el asalto al poder de Idi Amin: a medida que transcurre el tiempo el protegido se va revelando como un tirano despiadado, como si su carácter y su esencia fueran apareciendo de a poco, acentuándose cada vez más. Inglaterra se desencantó del presidente de facto ugandés, como el médico con su paciente, el confesor con su protegido.<br /><br /><strong>El último rey de Escocia</strong> es una película inteligente, dura, despiadada, compasiva. El factor Withaker, en su monumental su actuación, va dejando a nuestra vista el monstruo escondido tras la máscara de un hombre que llega al poder con el apoyo de la inmensa mayoría de su pueblo; un hombre aclamado y venerado. Y luego defenestrado y humillado como cualquier tirano caído en desgracia. Pero no se agota ahí el interés de esta película. Propone una perspectiva más íntima e intimista del dictador ugandés y expone un amplio horizonte de matices: un hombre cruel no es cruel a tiempo completo; lo que da lugar a presenciar las debilidades de quien siempre es visto como férreo, y lo extremada y sorprendentemente férreo puede ser quien ha dado muestra de su debilidad que, imaginario popular, es un equivalente a los dones de la humanidad. Pero atentos: <strong>El último rey de Escocia </strong>también es un oportuno "recordatorio" del status quo de Occidente sobre lo despiadado que puede llegar a ser un musulmán en el poder.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-66024875929635731932007-09-11T05:15:00.000-07:002007-09-18T14:16:50.345-07:00Más extraño que la ficción<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5108919382174854530" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSzHkwuYcsw8dTJRtzJ0RyZwJsgH1AGC-9ZowJdxLShLTEajs1udobPz3qEww56e70oQSvWgWejr9xE0QN6ufzWHNxwSDI577l36u1CPRfNhaifR34Dpka7VGRE1IOyHp1S2RvB-lT55E/s200/mas+extra%C3%B1o.JPG" border="0" />Stranger Than Fiction<br />2006<br />EE. UU.<br />Dirigida por Marc Forster<br />Con Will Ferrell, Queen Latifah, Maggie Gyllenhaal, Emma Thompson, Dustin Hoffman y otros.<br /><br /><br /><em>Yo te avisé: es imposible hablar de esta película sin hacer referencia a su final.</em><br /><br />Harold Crick se presenta al espectador como un mamushka narrativa: es un personaje que, a su vez, es el personaje central de una novela que, maravillas de lo inexplicable, vive (por llamar de algún modo a su hiperarmada y repetitiva rutina) en la misma ciudad que la escritora que lo creó: la ficción toma consistencia al punto de ser cuerpo. El personaje escucha una voz femenina en su interior, voz que lo narra y que le resulta tan natural como ajena; una voz que toma forma a partir de un reportaje televisivo en el que la mentada escritora cuenta algo sobre sí y su literatura: su principal gancho de ventas consiste en matar, sin excepción, a los personajes que crea. Es entonces cuando la película se arma y, con una sutil inteligencia, un fino humor y un guión sólido, construye la búsqueda que el personaje hace de su creadora. Una versión simpática, confortable y <em>aggiornada</em> a las particularidades de la vida moderna de la búsqueda frankensteiniana del creador, tan profunda como la novela de Mary Shelley por debajo de su pátina de comedia.<br /><br />Harold Crick no se contenta con encontrar a la escritora: quiere influir sobre ella, hacer que cambie de decisión. Y es tal la conmoción que lleva consigo el descubrimiento de ser personaje y ser mortal a voluntad de un otro (a quien ni siquiera podría castigarse como asesino, ya que desde la perspectiva del narrador todo ocurre en el campo ficcional) que esa aburrida y rutinaria forma de ser a través del tiempo, se ve trocada, amor incluido. El encuentro entre el personaje y su creadora deja al descubierto que ese hombre que atraviesa la puerta es idéntico al imaginado y que su destino trágico está en manos de esa mujer que se sobresalta al verlo y reconocerlo. El absurdo planteado así necesita una explicación lógica: el personaje lee la novela que protagoniza y encuentra su vida en palabras y entiende, finalmente, la necesariedad de su muerte; el fin -indeseado- neceario para cumplir con una obra de bien; un acto fuera de control, un hacer sin pensar no instintivo; un deber. Sin embargo, en las últimas secuencias, <strong>Más extraño que la ficción</strong> gira hacia un <em>happy end</em> típico y tranquilizador, en el cual la escritora sacrifica la fórmula de su éxito y que hace que el conjunto narrativo comandado por Marc Forster pierda su potencia cuestionadora. Y la película pierde la precisión en el último tiro: ese incómodo y necesario fin de un héroe, el que lo erige en tal: toma lo que se espera ya no de la escritora de la ficción sino del director de la realidad hollywoodense y de su industria que debe acompañar, con tretas y cambios forzados, la supuesta felicidad que los guardianes del norte necesitan transmitir como sociedad.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-60473439377642104392007-09-11T04:53:00.000-07:002008-03-12T17:12:24.623-07:00Los Simpson<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcjNjnAN5MRqcVZG1R8p3BQiecam_J9YMCSiFGnsPgXegDiUth_xjkkhFFTvEoF1MS1bRatCKS49UeOuX-YWhFx8V8_ePpr3HGjlZtKVTYclUft5feQwe_i9c5nUek6Ol9G7fp64UH3Co/s1600-h/simpson.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5108918325612899698" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcjNjnAN5MRqcVZG1R8p3BQiecam_J9YMCSiFGnsPgXegDiUth_xjkkhFFTvEoF1MS1bRatCKS49UeOuX-YWhFx8V8_ePpr3HGjlZtKVTYclUft5feQwe_i9c5nUek6Ol9G7fp64UH3Co/s200/simpson.jpg" border="0" /></a>The Simpsons Movie<br />2007<br />EE.UU.<br />Dirigida por David Silverman<br />Con Dan Castellaneta, Julie Kavner, Nancy Cartwright, Yeardley Smith, Harry Shearer y otros.<br /><br /><br />Una de las películas más esperadas. Adjetivo que debe ser leído en el más amplio sentido. Porque no sólo responde al fenónemo comercial de los 18 años ininterrumpidos de la serie en la tevé y, por ende, al salto a la pantalla grande, a la liga mayor, a ese lenguaje visual que es considerado el séptimo arte, mote al que no accede la televisión; sino que precisamente lo que hace el espectador potencial es esperar más de lo mismo: una sopresa dentro de una lógica descalabrada, un humor ácido que siga en la huella de lo ya transitado. La película de<strong> Los Simpson</strong> cumple ampliamente con esas expectativas aunque sin introducir ninguna novedad respecto de lo que es posible ver en la maravilla catódica.<br /><br />Con la eficacia de costumbre, la ineptitud de Homero y sus acostombradas trapisondas, sumadas a la adopción de un cerdo como mascota, ponen a Springfield al borde del colapso ecológico y desata la hecatombe. Ese es el marco, esa ciudad típica de típicos habitantes que, sin embargo, se ve envuelta en algo rayano a la más alocada ciencia ficción pero siempre incisivos con la realidad. Los puntos más altos son aquellos en los que esa realidad lisa y llana aparece trastocada por la influencia mágica de los personajes amarillos, llegando a convertir en un código de pertenencia la irreverente aliteración de la canción del Hombre Araña ("Puerco araña, puerco araña...") y el futuro cambio del porcino en cuestión a un look Harry Potter, es decir, golpes no tan fuertes como molestos para las sagas fílmicas de los competridores directos al momento de su estreno. En síntesis: quien disfruta de los 20 minutos diarios de los amarillos sprigfieldianos, se dará una tremenda panzada de una hora y media ininterrumpida.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-65601857128462751122007-08-21T15:40:00.000-07:002007-08-21T20:00:09.627-07:00Esplendor americano<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKnBE0q1LMFkzJ1ewIGfYuN5YtwUS8_8naSC3Y6l0NBKsvkq3FXyuqN1A5-x41yaRThyO3G3rH59leGcawc-fJXemUPJi4jQbInS56YRigqiJMVV_vYytRWTtPx_PZQPQ0Wxh2ZHOm4I/s1600-h/esplendor+americano.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5101317693615041650" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuKnBE0q1LMFkzJ1ewIGfYuN5YtwUS8_8naSC3Y6l0NBKsvkq3FXyuqN1A5-x41yaRThyO3G3rH59leGcawc-fJXemUPJi4jQbInS56YRigqiJMVV_vYytRWTtPx_PZQPQ0Wxh2ZHOm4I/s200/esplendor+americano.jpg" border="0" /></a>American splendor<br />2003<br />EE.UU.<br />Dirigida por Shari Springer Berman y Robert Pulcini<br />Con Paul Giamatti, Hope Davis, James Urbaniak, Judah Friedlander y otros.<br /><br /><br />Imperdible: Harvey Pekar es uno de los personajes de ficción más interesantes -y desfachatado, grosero, nihilista, impresentable- que haya dado el cine norteamericano de los últimos años. Y, paradójicamente, se debe a que se basa en la vida del Harvey Pekar de carne y hueso. Más precisamente, gracias a que éste último logró un éxito editorial -fuera de sus planes iniciales- trasladando al cómic cada detalle de su degradada/degradante vida; su penar por ser un fracasado, un guiñapo relegado a ser empleado en un archivo en un hospital. Sujeto que se rebela y se juega una carta delirante e impensada: ser un personaje. El Pekar de tinta vio la luz gracias a la apuesta y al dibujo del grandioso Robert Crumb, el más destacado -y arriesgado, fóbico, mujeriego, conservador amante del jazz- historietista yanqui de nuestro tiempo.<br /><br />Pariente ideológico temprano de los realities más patéticos, <strong>Esplendor americano</strong> toma el cinismo del nombre con el que Harvey Pekar bautizó la construcción pública de su vida privada y lo pone en escena, construyendo el relato sobre una estructura interesante e inteligente, que se da el lujo de incluir al Pekar dibujado, con el actuado, con el de carne y hueso. Con tanta efectividad que no puede hablarse de un género ambiguo (entre el documental y el realismo sucio de una teatral <em>non fiction</em>) sino de un relato que enriquece su entramado con un adecuado uso de distintos registros narrativos, lo que en este caso se traduce -de modo directo- en distintos registros estéticos. Y no sólo de Pekar vive ese irónico resplandecer: su última mujer y su compañero de trabajo y amigo nerd, son el complemento ideal; el paradigma de la incorrección y el desagrado; la llaga ardiente provocada por el <em>american way of life</em>.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-61503204777280287862007-08-07T09:46:00.000-07:002007-08-07T14:01:32.281-07:00Venus<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ7X54tNKdNHjBDJroulCXYkNzEzLb4WUjLIUO8o-qB9DL58xCU6E_g8S8yJk1ojCPkzgQCwzjKUTPdQGoR0St76IkykkSSH1Tcs37vIETe5R99huq6u2ALulGY7Sa_aoVikFY48gOqNo/s1600-h/venus_poster.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5096001269247602066" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJ7X54tNKdNHjBDJroulCXYkNzEzLb4WUjLIUO8o-qB9DL58xCU6E_g8S8yJk1ojCPkzgQCwzjKUTPdQGoR0St76IkykkSSH1Tcs37vIETe5R99huq6u2ALulGY7Sa_aoVikFY48gOqNo/s200/venus_poster.jpg" border="0" /></a>Venus<br />2006<br />Reino Unido<br />Dirigida por Roger Michell<br />Con Peter O'Toole, Leslie Phillips, Jodie Whittaker, Vanessa Redgrave y otros<br /><br /><br /><strong>Venus</strong> tiene un gran valor por sobre muchos otros filmes: es una película que, sin conceder nada, narra lo que quiere narrar. A priori, espectadores embebidos en el narrar fácilmente digerible de Hollywood, se tiende a ubicarla en una línea argumental de las otras películas protagonizadas por ancianos: el desarrollo de una historia de un viejito piola; como si el personaje de Peter O'Toole fuese el primo actor del Clint Eastwood de <strong>Jinetes del espacio</strong>. Pero, para beneplácito y sorpresa del espectador, la esencia europea aparece y la película se corre de ese lugar y deja paso a una pincelada a la vez más fina (delicada) y más amplia. Incluso, la aparición de la jovencita hace que uno tienda a adivinar un rastro de la <strong>Lolita</strong> de Vladimir Nabovok. Y otra vez, rápida y sencillamente, se escabulle de la etiqueta: la jovencita no es ni hermosa, ni educada, ni una mujer brillante en potencia, ni una bomba sexual en proceso de maduración. Es una chica del montón con una misión preclara a la hora de elegir qué hacer: holgazanear frente a la televisión mientras masca chicle y espera que la sociedad le dé <em>su</em> oportunidad (se la ofrezca/la descubra), la que discursivamente el capitalismo tiene para cada quien. Así las cosas, uno se rinde a la evidencia y se deja llevar por una narración sólida, sin estridencias ni golpes bajos; efectiva y no efectista: el retrato de un hombre en los tramos finales de su vida. Si algo seduce a ese personaje, si aún a riesgo de perder las esperanzas con la jovencita, juega con fuego, miente, olvida, confunde, es porque <strong>Venus</strong> es un relato de la intimidad de un hombre, con lo acotado que puede parecer y lo complejo que en realidad es. <br /><br />Es muy importante, en la lectura global, el papel que cada uno de los roles secundarios: son la escenografía y el mecanismo que la mueve; el ribete, el detalle que hace un relato sólido, creíble, admirable y adorable incluso en la decrepitud que por momentos evidencia, el <em>deus ex machina</em>. El cuadro de esta película imperdible se completa con las magníficas actuaciones de O'Toole, Leslie Phillips, Jodie Whittaker y la Redgrave; la muñeca sensible y transparente (en tanto lo que se ve es la cámara en favor de la narración) de Roger Michell; y la precisión narrativa del guión de Hanif Kureishi. Si fuera necesario resumirla en un concepto, probablemente ése sería representado por la palabra dignidad.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-85547041794419248782007-06-18T06:53:00.001-07:002007-06-18T07:48:22.911-07:00Tráiganme la cabeza de Alfredo García<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVLGmnw8_HDxvobSoRNjlw7ASNVDIzbf6XsI9PvUSeyTqOxAUmpfo0DUgY9vD0EDVbxTbGZGh-OMvU7oxNbuID6xd5CFEFse7Q2T9wGF-AavmWDHBZtoT-8R_QlMccdqmb95yR5MKXRp0/s1600-h/alfredo+garcia.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5077402831527449138" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVLGmnw8_HDxvobSoRNjlw7ASNVDIzbf6XsI9PvUSeyTqOxAUmpfo0DUgY9vD0EDVbxTbGZGh-OMvU7oxNbuID6xd5CFEFse7Q2T9wGF-AavmWDHBZtoT-8R_QlMccdqmb95yR5MKXRp0/s200/alfredo+garcia.bmp" border="0" /></a>Bring me the head of Alfredo Garcia<br />1974<br />E.E.U.U.<br />Dirigida por Sam Peckinpah<br />Con Warren Oates, Isela Vega, Robert Webber, Kris Kristofferson y otros.<br /><br /><br />La primera vez que leí sobre Sam Peckinpah fue en un parodia de la revista MAD. Allí hablaban de un supuesto film, ilustrado con un vaquero un tanto pobretón saltando por el aire, cosido a tiros. Hablaban de una gran cantidad de muertos. Hablaban de la sana costumbre de un cine que sorprende por su alto contenido erótico y por su violencia descarnada, por las muertes ampulosas y a raudales. Si bien <strong>Tráiganme la cabeza de Alfredo García</strong> no tiene una gran cantidad de muertes coreográficas no decepciona en lo más mínimo: Alfredo García es un hombre muerto cuya cabeza pide un potentado como precio por ser el responsable del embarazo de su hija. Es la suma de esa morbosa torsión narrativa de trocar muchos muertos por la incorrectísima profanación de la tumba de un hombre; con la mafia rural; con el pianista en bancarrota y borracho con su amante puta que va en busca de la salvación en un trozo de carne muerta, ajena y en descomposición; con un final que termina de abrochar la angustia y la pobreza con la muerte, lo que hace de esta película una de las más perfectas combinaciones de road movie con film noir; amalgamado con un erotismo duro y una estética de spaghetti western. Eso sin contar destrezas narrativas de una sutiliza que el más refinado paladar del séptimo arte, sin dudas, envidiaría.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-38953900423317535762007-06-10T12:46:00.001-07:002007-06-12T10:09:25.280-07:00El increíble hombre menguante<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy68jzDAO4P-zvfuDbo8g3moPbs2vTjl9uzEkDTMMhi_UFLlmrfKsN48gCBNfhyphenhyphenEXHnjmxQRrBaSgtvX3sIy7MxP22F-rMqUujaLkeMhTw1Ma-rg-RWRfN-HKPQScNlOEvDh4UODIjQ0I/s1600-h/hombremenguante.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5074524627913511458" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjy68jzDAO4P-zvfuDbo8g3moPbs2vTjl9uzEkDTMMhi_UFLlmrfKsN48gCBNfhyphenhyphenEXHnjmxQRrBaSgtvX3sIy7MxP22F-rMqUujaLkeMhTw1Ma-rg-RWRfN-HKPQScNlOEvDh4UODIjQ0I/s200/hombremenguante.jpg" border="0" /></a>The incredible shrinking man<br />1957<br />E.E.U.U.<br />Dirigida por Jack Arnold<br />Con Grant Williams, Randy Stuart, el gato, la araña y otros.<br /><br /><br />Un hombre expuesto a una nube radiactiva comienza a perder su tamaño paulatina e inevitablemente. No tiene otras consecuencias fpisicas que la de ir perdiéndose de la vista de su esposa al paso de los días. El problema lo tiene con el mundo: el gato que era su mascota ya no lo reconoce y lo quiere como almuerzo; los elementos cotidianos empiezan a tener otra función que la que tenían (la cama hecha con una caja de fósforos); el mundo que se agranda, en definitiva, y agudiza el problema de la supervivencia. <strong>El increíble hombre menguante</strong> es, de un modo metafórico, un retorno a lo primitivo. Esa es la línea argumental de esta película basada en la novela casi homónima de Richard Matheson, quien también toca la soledad del hombre distinto, del ser extraordinario en <strong>Soy leyenda</strong>, esa fabulosa novela de un hombre en un mundo infestado de vampiros. Esta película es, desde el punto de vista cinematográfico, un dechado de virtudes para su época, quizás comparable a cualquiera de las grandes producciones actuales en cuanto al alto grado de avance de efectos visuales que incorporó a fines de los años '50. Esa potencia visual acompaña a la perfección a una historia en la que se resume la idea de un hombre nuevo, hecho en base al cambio constante, adaptándose, reinventándose ante los nuevos peligros. Una metáfora de este mundo globalizado, de esta sociedad occidental en la que uno de los mejores y más afinados métodos de control es el miedo, al punto de favorecerse con hacer aparecer como enemigo al simpático viejito del departamento de al lado.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-81643380762212901852007-03-06T17:23:00.001-08:002007-06-18T07:52:50.215-07:00Una cuestion de honor<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8uTjjA5vtcdnSFCISLRXhyphenhyphenGxdBlw4frsZK6wM0zN-UlJxMR578V6Igz2gDGln7RcDgweLU90VJpBuUDqxLy4AFDEzEcOa-LVvz7mArQvnTHtqkS_bszi3EibfoaVrn48u521SNyLlayo/s1600-h/flags+fathers.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5038987729561049842" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8uTjjA5vtcdnSFCISLRXhyphenhyphenGxdBlw4frsZK6wM0zN-UlJxMR578V6Igz2gDGln7RcDgweLU90VJpBuUDqxLy4AFDEzEcOa-LVvz7mArQvnTHtqkS_bszi3EibfoaVrn48u521SNyLlayo/s200/flags+fathers.jpg" border="0" /></a>Flags of Our Fathers<br />2006<br />E.E.U.U.<br />Dirigida por Clint Eastwood<br />Con Ryan Phillippe, Jesse Bradford, Adam Beach, John Benjamin Hickey, John Slattery y otros.<br /><br /><br />Desde hace algunos años, Clint Eastwood nos pone en un aprieto: todo aquel que se precie de políticamente progresista jamás podrá comulgar ideológicamente con este gran actor y director a quien admira, nada menos que por su obra, y de quien espera, con ansias, su siguiente film. Como el incómodo Maradona que puede ser amigo de Fidel Castro (quien nos cae muy simpático) y del Carlos Saúl (de quien abominamos). <strong>Una cuestión de honor</strong> es un eslabón más en la cadena de incorrecciones políticas que, casi paradójicamente, nos brinda el camarada ideológico de los Reagan y los Bush. El lado americano de la batalla de Iwo Jima no es sino una demostración de cómo el mercado puede volcar el resultado de una guerra. Lo que Eastwood no deja de hacer es apuntar al centro de un sueño americano que puede terminar con una fulminante parálisis producto de un golpe inesperado y una eutanasia tan prohibida como el pecado original, como en <strong>Million Dollar Baby</strong>;<strong> </strong>o en el desliz de la celebración patriótica del levantamiento de una bandera sustituta en lo alto de una colina de una isla japonesa. Pone en tela de juicio el patriotismo exagerado y exasperante que produce un espectáculo que consagra a los fotografiados y que luego les suelta la mano convirtiendo el brillo en algo de su pasado, no pudiendo evitar las pesadillas, no pudiendo borrar el dolor. Todo el mecanismo del sentimiento de los hijos de la Doctrina Monroe está puesto al descubierto, todo el cartón pintado, la falsedad, el desamparo. En definitiva, Eastwood vuelve a rasgar la cortina de la gran felicidad norteamericana. Quizás el error es creer que por eso debería ser un militante revolucionario.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-85396746733843599432007-03-05T10:48:00.000-08:002009-02-12T18:33:54.097-08:00Nacho Libre<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3NkaYXxmE7ulPpMNoPQV-wf1paACtnDZSIVIiGcJQ1vYm5JoSKlqPIurvxIn-YUgW2Oqb-0quAoVrSoQCenLGHo-uS5UOHvCm6Fa_fF_sKQest3brm5o-tc3PwPjcALHi1FpU9DQKR_o/s1600-h/nacho+libre.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5038514793812220418" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3NkaYXxmE7ulPpMNoPQV-wf1paACtnDZSIVIiGcJQ1vYm5JoSKlqPIurvxIn-YUgW2Oqb-0quAoVrSoQCenLGHo-uS5UOHvCm6Fa_fF_sKQest3brm5o-tc3PwPjcALHi1FpU9DQKR_o/s200/nacho+libre.bmp" border="0" /></a>Nacho Libre<br />E.E.U.U.<br />2006<br />Dirigida por Jared Hess<br />Con Jack Black, Ana de la Reguera, Héctor Ramírez y otros.<br /><br />Jack Black es uno de esos comediantes que necesitan muy poco para hacerme reir mucho. Desde que lo descubrí en <strong>Alta fidelidad</strong> que veo, bastante consecuentemente, las películas en las que el abultado actor compone a los más diversos personajes. En este caso, un cura que trabaja en un convento-orfanato y que tiene la responsabilidad de cocinar las comidas que los pequeños degustan, por llamarlo de algún modo, día a día. Como en <strong>Escuela de Rock</strong>, el motor de la cosa está en la relación del personaje de Black con niños. Es, también en esta oportunidad, uno de esos personajes entrañables, indudablemente tomados por la infancia y que es tan capaz de creer en dios como de comer huevos de águila para obtener lo que la naturaleza no le dio para ser campeón de lucha libre. Jack Black no puede componer a un cura con todas las de la ley porque, precisamente, se ubica a un margen de ésta para usar el ridículo, el absurdo, incluso el exceso para provocar la risa. Usa con acertada precisión la caricatura de los luchadores y de las películas de luchadores. Una mezcla minuciosa entre el cine bizarro, la <em>macchietta</em> y el clasicismo de la comedia. Impecable Héctor Ramírez en la composición de Esqueleto, el chillón secuaz de Nacho. Independientemente de que llega a una extensión de 92 minutos gracias al innecesario relleno que deteriora muchas películas, está muy bien sentarse a verla en uno de esos días en que se torna necesaria una puerta por la cual dejar entrar la distracción. Llevada al extremo de su propias posibilidades convierte una iluminación moralizante (la fuerza del águila, Dios bendiciendo al que lucha por una causa justa, en la batalla final) en una imposición a la espera del zarpazo: Nacho mira a su amada monjita mordiéndose el labio. Definitivamente incorregible.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-53699118879914642982007-02-27T08:59:00.000-08:002007-03-06T17:39:35.280-08:00Pequeña Miss Sunshine<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXEg1W14pBOdm-QzdtRDnZhM29Ljz1npJmnHicQRXOfSRfyQNULeB5NRXm4sbLGaCEHJOxY-QZafPypd7kMGzw_b9q9bD4wt0XJW7bvJb2pNFHEdRozJVp8ExxcXTUFPc_9PETIqEDkkA/s1600-h/miss+sunshine.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5036263600393116226" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXEg1W14pBOdm-QzdtRDnZhM29Ljz1npJmnHicQRXOfSRfyQNULeB5NRXm4sbLGaCEHJOxY-QZafPypd7kMGzw_b9q9bD4wt0XJW7bvJb2pNFHEdRozJVp8ExxcXTUFPc_9PETIqEDkkA/s200/miss+sunshine.bmp" border="0" /></a>Little Miss Sunshine<br />E.E.U.U.<br />2006<br />Dirigida por Jonathan Dayton y Valerie Faris<br />Con Abigail Breslin, Greg Kinnear, Paul Dano, Alan Arkin, Toni Collette y otros.<br /><br />Un viejo amigo al que identificaré con el nombre de El Bolche, me dijo una vez que El Sistema se las arregla para aceptar algunos cuestionamientos, hacerlos propios y, de ese modo, inocularse contra cualquier modo de revolución: según él, así es como existen las Mercedes Sosa y los Víctor Heredia en los medios masivos de comunicación) . En esta perspectiva Pequeña Miss Sunshine puede leerse una vacuna contra las críticas al <em>american way of life</em> y los <em>self made men/women</em> con los que nos atormenta el supuesto bienvivir del capitalismo salvaje, cuyo excipiente no es el agua destilada sino un feroz humor negro. Fuera de todo registro de lo convencional, no llega a subvertir valores pero sí a cuestionarlos profundamente con la inclusión de un particular happy end: la burla llega tan lejos como puede.<br /><br /><br />Las cosas están claras desde el principio: el padre de Olive explicando su método para acceder al éxito a un público universitario, desganado y sin interés en lo que escucha, recuerda el trazo patético de Smoochy (<strong>Maten a Smoochy</strong>, Danny De Vito, 2002) cantándole a drogadictos sin remedio antes de ser famoso. Sin embargo, ese movimiento parabólico del ser un don nadie a triunfar (al menos a lo que el mercado entiende como éxito) no sucede en esta ácida y deliciosa comedia que, a este humilde escriba, le arrancó carcajadas y lágrimas de risa. Y en su camino (no deja de ser una road movie) no deja títere con cabeza, comenzando por la simpática, querible y poco bella Olive. En el resto de los personajes se resume un mundo al cual se le ven las rajaduras en una supuesta posibilidad de ser feliz. Un tío suicida y gay, puesto al borde de la muerte por el despecho amoroso de un joven; un abuelo que subvierte toda lógica de corrección política; una madre ama de casa desencantada que apuesta a que su hija triunfe en el mundo de la belleza; el hermano que hace un voto de silencio hasta que se confirme su futuro como aviador. Todos detras de un objetivo: la coronación en un concurso de belleza de la panzoncita Olive. Y como todo está claro desde el principio, no soprende ver a la rolliza protagonista, vestida al peor estilo Moria Casán haciendo de Rita Turdero, la pantera de Mataderos, entrmezclada con un grupo de niñas maquilladas, émulas de las divas de las pasarelas de Nueva York, Milán, París y demases capitales de la moda. No sorprende la cara de asco con que es mirada. No soprende que las otras niñas ya no lo sean. Sin embargo, es la propia Olive la que, niña y todo, compite con el set más adulto, emulando a una stripper. Una joyita la elipse que es la pequeña en una habitación de hotel, junto a su abuelo, gruñendo y arañando el aire, 20 minutos antes de ese final en el que aparece bailando como una tigresa.<br /><br /><br />Quizás El Bolche tenga razón. Quizás este sea un modo imperialista de diluir las críticas, de hacerlas menos incisivas. Para quienes nos sentamos a ver la película, nos queda el agradecimiento al Sistema por dejar colar inteligencia y humor, dos de los recursos necesarios para cualquier forma de subversión.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-13218171783337022102007-02-12T16:51:00.000-08:002007-02-12T21:32:52.003-08:00Sophie Scholl - Los últimos 7 días<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmAsiGvol1geFYFu17AIzn6_heJpVtesrlxiFw5qZbxSBygjtVxPxP-vft-HG8qwVTvm4fyLnk2LicFrdMhimuaRY5a6VnVhdQgdkbx0hntnUVaJ3l0MUlSF9VwmVy2CoyHzHZllZeiYg/s1600-h/scholl.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5030815863613486562" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmAsiGvol1geFYFu17AIzn6_heJpVtesrlxiFw5qZbxSBygjtVxPxP-vft-HG8qwVTvm4fyLnk2LicFrdMhimuaRY5a6VnVhdQgdkbx0hntnUVaJ3l0MUlSF9VwmVy2CoyHzHZllZeiYg/s200/scholl.jpg" border="0" /></a>Sophie Scholl - Die letzten Tage<br />Alemania<br />2005<br />Dirigida por Marc Rothemund<br />Con Julia Jentsch, Fabian Hinrichs, Gerald Alexander Held, Johanna Gastdorf y otros.<br /><br />Advertencia: estas palabras contienen el final de la película. Gracias que te avisé...<br /><br />Cuando era un niño, me la pasé viendo películas sobre la Segunda Guerra Mundial. Incluso, una de las primeras películas que vi en un cine de Capital fue <strong>La Batalla de Midway</strong> (Jack Smight, 1976), filme que presentaba la novedad del <em>sensurround</em> que yo me había perdido por no llegar a los 13 años de edad mínima requerida al momento del estreno de <strong>Terremoto </strong>(Mark Robson, 1974). Me detengo un instante en estas dos últimas, asombrado por una revelación que quizás envuelva a la mismísma concepción de esta opinión sobre Sophie Scholl: los elencos de ambas películas estaban encabezados por Charlton Heston. Y era un héroe. Quería tener su peinado en la piel de Marco Antonio, quería manejar carros romanos con la destreza que él lo hacía en <strong>Ben-Hur</strong> (William Wyler, 1959), quería ser yo quien escapase del horror animal del que huyó en <strong>El planeta de los Simios</strong> (Franklin Schaffner, 1968). La vida me hizo un poco más bolchevique y un día llegó Michael Moore y me trajo a aquel héroe convertido en un abominable fascista. Y me decepcioné...<br /><br />Lo mismo me pasó con esta película. La primer decepción fue su género. Mi amada me había dicho comedia, así que cuando ví la esvástica me hice la pregunta más intelectual que pude: "¿De cuál estará más cerca? ¿De <strong>Ser o No Ser</strong> (Ernst Lubitsch, 1942) o de <strong>La vida es bella </strong>(Roberto Benigni, 1997)?". Pero la caja del DVD insistía en que era un drama. La segunda decepción fue al leer el subtítulo de la película: "Los últimos 7 días". Si bien ya no esperaba ver otra cosa que a Sophie ajusticiada, tampoco tenían por qué romperme la ilusión de un posible final hollywoodense donde los nazis son abatidos en el momento en que están por degollar a la heroína. Pero no quería perder por desasosiego y si muchas críticas habían sido buenas, entonces nada mejor que prepararme para ver un drama alemán sobre los nazis. Y llegó la tercera decepción: no iba a ver el par cinematográfico de la novela<strong> El lector</strong> (Bernhard Schlink, 2003). Sólo un dramón con ínfulas de película política, la canonización de una mártir que nadie conoce, una heredera pobre del spielberguiano Schindler. Sophie Scholl tiene todas las características de un personaje políticamente correcto contemporáneo: es solidaria, valiente, un poco inconsciente, astuta, un touch ingenua y, por sobre todas las cosas, es mujer. Otra hubiera sido la historia contada desde su hermano. Una más del montón de historias que uno se puede imaginar en la Alemania nazi. Una un poco menos edulcorada, más comprometida, menos panfletaria del buen pensar: ese mecanismo moderno de inventar santos para hacer evidente al demonio.J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-2065019775175076127.post-44387915255246642832007-02-08T18:30:00.000-08:002007-06-18T07:54:03.726-07:00La puerta verde<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEK4nPvfg8vqASERcsycV2VorhX3i5O3vbLEorf5aV12dE2_-O8FA6ldr72RgSf30mvb7s-c-2nSoMEIeSuuJHhjZBmXfuHNBvHQ2YWMrA7PjQVHXGR_d8Uv5OH4oP-u188R0ZzWZzYrg/s1600-h/puerta+verde.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5029356519625651618" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEK4nPvfg8vqASERcsycV2VorhX3i5O3vbLEorf5aV12dE2_-O8FA6ldr72RgSf30mvb7s-c-2nSoMEIeSuuJHhjZBmXfuHNBvHQ2YWMrA7PjQVHXGR_d8Uv5OH4oP-u188R0ZzWZzYrg/s200/puerta+verde.jpg" border="0" /></a>La chambre verte<br />1978 <br />Francia <br />Dirigida por François Truffaut <br />Con François Truffaut, Nathalie Baye, Jean Dasté, Patrick Maléon y otros <br /><br /><br />Hacía tiempo que no veía una peli de Truffaut. Creo que las últimas fue la saga de ese personaje que filmó a lo largo de los años: Antoine Doinel. Si bien no fue una de las que más me gustó (lejos de la fascinación que me produjo <strong>Farenheit 951</strong>; fuera del orden de la maestría soberbia de <strong>Los 400 golpes</strong>; sin el encanto romántico de <strong>La mujer de la próxima puerta</strong>; sin la excitación de mi debut con <strong>Confidencialmente tuya</strong>: ahhh, Fanny Ardant...), puedo decir que, en ráfagas, quedé admirado por la efectividad del relato. A mi modesto entender, la mejor de las escenas es aquella en que George, el pequeño mudo del cual se desconoce su origen y filiación con el protagonista Julien Davenne, baja en silencio por las escaleras en busca de remediar el hambre al que fue sometido luego de romper unas placas de vidrio, antecesoras de las diapositivas: un juego con espejos que gira el eje del ojo sin mover la cámara. Si uno compraba (ahora baja de la red) un disco por un tema, bien puede ver esta película por esa escena. La puerta verde tiene el extraño sabor a cierta infatuación en sus actuaciones y el aire a intríngulis psicológico <em>alla Hitchcok</em>, y ese ritmo tan afrancesado que hacía que mi abuela espetara: "No miro películas francesas porque son muy lentas".J. Martínezhttp://www.blogger.com/profile/01529100831804959272noreply@blogger.com